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lunes, 7 de febrero de 2011

El Vocero Isleño – Nuestra gente Doña TERESA

Doña Teresa
Hay historias en nuestra comunidad que merecen ser relatadas y que mejor ir a las fuentes para llegar a estas. En Villa Paranacito, Brazo Largo, Brazo Chico y muchos otros parajes isleños se escribieron parte de la vida de nuestras islas y hoy trataremos que nuestros vecinos más añejos nos cuenten sus propias vivencias para poder acceder al conocimiento de nuestras raíces y por medio de estas poder escribir nuestra historia. En esta ocasión llegamos hasta la casa de nuestra vecina “Doña Teresa” con sus 80 años recién cumplidos el 2 de enero. Habida doña Teresa Peter por trasmitirnos sus vivencias y recuerdos al ser consultada por sus raíces ella nos comenta que: -Nací el 2 de enero de 1931 y mi madre era Doña Eva Hausberger de nacionalidad estadounidense pero de muy chica se radicó en Yugoslavia donde después de grande conoce a mi padre Don Josef Peter de nacionalidad Yugoslava casándose y trasladándose a la Argentina a fines de 1927. Ya radicados acá tuvieron 6 hijos donde una niña fallese de muy pequeña quedando yo y mis cuatro hermanos Katti, José, Jacobo, y Ana María. Al ser consultada sobre cómo fue su niñez nos responde: -La niñez como toda hija de inmigrantes y agricultores fue de trabajo y sacrificio, no curse más que tercer grado asistía a la escuela acá en Villa mi maestro fue Gregorio Brasxlaski y cuando comencé la escuela no hablaba castellano (nos muestra su libreta de tercer y porque no paso a cuarto). También nos comento, en relación a sus raíces, de un viaje que realizaron Ana María y Carolina Peter a Yugoslavia hace poco tiempo, encontrando la casa de sus padres y abuelos en el mismo estado prácticamente como hace muchas décadas, que sus habitantes nunca pudieron escriturar la casa y que habían guardado varias cosas a la espera de que algún día se presentaran algunos de los herederos de esa vivienda, nos tomamos un tiempo en esta parte del relato viendo la distinta cultura, educación y formación en valores de esta gente, que esperaron años con distintas cosas que consideraban caras en los afectos de aquellos que por distintas circunstancias debieron abandonar sus tierras. Continuando con su relato nos dice: -En 1952 me case con Enrique Juan Schendelbek mis primeros años de casada las pasamos viajando de las islas a Villa Iris en los límites de Buenos Aires y La Pampa donde participábamos en la cosecha de trigo, para luego venir y trabajar en la isla de peón y en nuestra quinta de Las Animas. Tuvimos nuestra única hija Elena y a los cuatro años de Elena, en la creciente del 59 fallece mi compañero al querer rescatar un tambor de kerosene de la corriente, juntamente con Ana María Reder de Marx. Luego de esta desgracia me traslade a Villa Paranacito donde le compre al señor Cano el 19 de diciembre de 1959 donde abrí un negocio de mercería y un poco de todo que tuve hasta 92 o 93 que puse el hospedaje. Así llego hasta hoy Doña Teresa que podemos ver arreglando el jardín de la costa en la Avenida hoy La Alameda, aunque dijo que después del accidente que sufrió el año pasado la tienen más vigilada y por ahí está un poco abandonado.
Desde esta semanario queremos hacerle llegar nuestro tardío pero sincero feliz cumpleaños y que la vida de sacrificio de nuestros inmigrantes e hijos de estos, sean ejemplo para nuestros jóvenes siendo esta una generación que no nos acompañara por mucho tiempo de la cual debemos enriquecernos y rescatar valores hoy abandonados.

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