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sábado, 5 de septiembre de 2009



Dicen que se consume agua no potable en las escuelas

DENUNCIA. El gremio docente presentó un video en el que se puso al desnudo la grave situación sanitaria que soporta una decena de escuelas ubicadas en la zona de islas. JULIO BLANCO
Se analizó la situación en 9 de las 34 escuelas del departamento, y en 8 se comprobó que había serios problemas.Además, aseguran que es muy alto el nivel de deserción escolar a consecuencia de los problemas de transporte: ronda el 24 %

«Ahora van a matar al cartero», dijo José Luis Regalado, secretario de finanzas de la seccional Islas de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), docente de la Escuela Nº 20 Ricardo Monner Sans, de Arroyo Martínez, un paraje ubicado en pleno Delta.Fue después de que el gremio presentara ayer un video de 15 minutos en el que se puso al desnudo la grave situación sanitaria que soporta una decena de escuelas ubicadas en la zona de islas, la mayoría sin sistemas de cloración que les permita potabilizar el agua de río que se consume, en ocasiones, sin tratar debidamente.Regalado había alertado de esa situación en agosto de 2008. Entonces tomó muestra del agua que salía de los grifos de su escuela, y pidió que la analizaran en el Instituto Bromatológico de Gualeguaychú, un instituto que, dijo, está habilitado para realizar esa tarea por la Dirección de Obras Sanitarias de Entre Ríos. Un año atrás el diagnóstico había sido sobre una escuela, la Nº 20, de Arroyo Martínez. «Las muestras de agua analizadas no cumplen con los requisitos bacteriológicos establecidos en el Código Alimentario Argentino», fue el dictámen técnico. Se detectó la presencia de escherichia coli, y se rotuló la calidad del agua como «mala».El docente fue duramente cuestionado, y se puso en duda la veracidad del informe técnico. OTRA VEZ. Hace una semana, la comisión directiva central de Agmer se trasladó hasta el sur, avaló el trabajo de los docentes de Islas y financió el análiis de las muestras: ahora en vez de una, fueron nueve las escuelas analizadas, y en ocho se pudo establecer que el agua que se consume no es potable. «Es gravísimo lo que nos dice este informe. Las escuelas usan agua que, según los análisis bromatológicos, tienen presencia de materia fecal, lo que causa graves infecciones», señaló Regalado, durante una rueda de prensa que se ofreció ayer en el sindicato docente.El sondeo incluyó las escuelas Nº 20 de Arroyo Martínez; Nº 5 de Arroyo Brazo Chico; Nº 5, también de Arroyo Brazo Chico; Nº 31 de Ruta 45; Nº 7 de Arroyo Negro; Nº 14 de Arroyo Santos Grande; Nº 13 de Arroyo Hondo; Nº 19 de Ruta 12; y Nº 30 de Estación San Martín. En la mayoría de los establecimientos pesquisados, dice el informe que ayer pusieron en manos de la titular del Consejo General de Educación (CGE), Graciela Bar, da cuenta que del relevamiento hecha se concluyó que «la mayoría de las escuelas consumían agua no apta para consumo humano, no cumpliendo con los requisitos del Código Alimentario Argentino, algunas de ellas con elevado nivel de contaminación bacteriológica, con presencia de bacterias de sumo peligro para la salud y un alto contenido de sales en muchas de éstas». El documento, con los resultados de las nueve escuelas relevadas, fue puesto también en manos de los diputados Marcelo López (UCR), José Angel Allende (Peronismo Federal), Héctor de la Fuente (Nuevo Espacio) y del Defensor General de Pobres y Menores, Maximiliano Benítez. En el texto, Agmer «responsabilizó» al senador provincial César Melchiori (PJ-Islas), a la directora departamental de Educación, Norma Biavaschi, y al jefe zonal de Arquitectura, Esteban Mazaeda, quienes, según el gremio, desde hace un año aseguran que «la gran mayoría de los establecimientos educativos de la zona utilizan para el consumo humano (agua) proveniente de pozos totalmente limpios».DESERCIÓN. De acuerdo al planteo de Agmer, la solución al problema de la mala calidad del agua podría lograrse si hubiera «real intención de invertir» ya que el costo de un equipo purificador de agua ronda los 250 pesos. «De ese modo se podría evitar la contaminación»; subrayaron. Quizá ello no se dé por cuanto, según evaluó Silvina Britos, secretaria adjunta de Agmer Islas, ese departamento «le resulta muy costoso» al Estado. «Pero lo que el Estado no entiende es que para nosotros también es costoso vivir allá». Aunque puso de manifiesto que las adversidades de la zona, se pagan, y a un precio muy alto. Así, reveló, Islas tiene el índice de deserción escolar más alto de la provincia, del 24%, y eso es así, entendió Britos, por las condiciones sanitarias de las escuelas, y la falta de infraestructura, fundamentalmente en lo que hace al transporte escolar a través del sistema de lanchas, que se ha ido deteriorando con los años. En 1962, añadió, el departamento contaba con una lancha por cada escuela; y en 2009, hay una lancha cada dos escuelas. Lo cual plantea serios trastornos a la hora de llegar o salir de clases. Es lo que sucede en la Escuela Nº 5 Martín Miguel de Güemes, de Arroyo Brazo Chico, muy próxima a la desembocadura en el río Uruguay. «Tanto alumnos como docentes sólo pueden llegar por transporte acuático, y su principal inconveniente es que comparten la lancha escolar con la Escuela Nº 4, por lo que sus horarios se ven supeditados a los horarios de otra escuela», dice el informe que elaboró Agmer.Por eso, aclaran, es «debemos dejar claro que al medir la calidad educativa, la deserción escolar y el nivel de repitencia» que hay en el departamento Islas se deben tomar en cuenta esas peculiaridades, que no se observan en otros departamentos de la provincia. RecorridoLA ESCUELA Nº 14 FRAY MAMERTO ESQUIÚ, ubicada a 35 kilómetros de Ceibas, tiene una matrícula de 24 alumnos, aunque la mitad «prácticamente no asiste a clase debido a la falta de transporte fluvial desde hace más de 2 años».En la Escuela Nº 13 José María Díaz, de Arroyo Hondo, los baños no cuentan con agua corriente, y entonces cuando los chicos necesitan acudir a los sanitarios, deben cargar con un balde con agua.En la Escuela Nº 7 Juan Bautista Alberdi, ubicada en la desembocadura del Arroyo Negro en el Río Gutiérrez, usan agua que extraen de un pozo de la zona, con «un alto contenido de cloruro», según el diagnóstico bromatológico.La Escuela Nº 19 Angel Elías, ubicada sobre la ruta nacional 12, se provee de agua que les suministra el Municipio de Ceibas. El agua llega en un camión y colocada en una cisterna, de ahí se proveen.Lo mismo ocurre en la Escuela Nº 5 Martín Miguel de Güemes: allí el agua «llega en bidones, que se traen de las distintas casas linderas, la misma se utiliza para cocinar y tomar», dice el informe de Agmer.

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